Vídeo: Michaela Kiersch encadena Era Vella, 9a, Margalef
Una productiva visita de 1 mes de Michaela Kiersch a Margalef culmina con su segundo 9a+, Víctima Perfecta, y con la escalada de Era Vella, 9a. Aquí está el vídeo de la 2ª.
El nuevo sistema de prendas de pluma The North Face 50/50 regula el calor según estemos en parado o en movimiento, permitiendo su uso durante la actividad.
De este modo, los criterios de elección de una prenda o saco por nuestra parte como alpinistas no se ven tan constreñidos a la calidad del relleno interior sino a otros aspectos como pueden ser el peso, el precio, el uso que se le va a dar y, sobre todo, la capacidad del material para seguir abrigando en condiciones de humedad. Y es que este último elemento determinante, el funcionamiento mojado de un relleno térmico, es el talón de Aquiles de las prendas de pluma.
Y esto -que apenas tiene incidencia en, por ejemplo, los sacos de dormir, que se usan fuera de actividad y protegidos de la intemperie- afecta de forma muy importante a las chaquetas: se puede dar el caso de que el esfuerzo en nuestra actividad nos haga sudar en exceso hasta el punto de que la humedad que generamos traspase el forro y se vea absorbido por la pluma o, en el sentido inverso, podemos ser sorprendidos por una lluvia inesperada y breve que tal vez no nos empape demasiado pero sí lo suficiente como para mojar el plumón de nuestra chaqueta.
Las consecuencias de esta situación son penosas: aumento del peso de la prenda, pérdida de capacidad de hinchado y, en consecuencia, pérdida casi total de su capacidad calorífica.
Para esos casos, casi todas las marcas de calidad ofrecen soluciones a este problema con tratamientos repelentes al agua tanto al tejido exterior como al relleno, pero ¿hay algún modo de favorecer la evacuación de la humedad fuera de nuestro sistema de capas cuando el esfuerzo nos hace sudar?
Salvo grosores muy finos de relleno o condiciones climáticas especialmente duras, no suele ser una buena idea realizar actividades muy intensas vestidos con prendas rellenas de pluma, debido a que la tremenda calidad térmica que ofrecen se vuelve en nuestra contra. Lo habitual es utilizar los plumíferos como prenda de abrigo en las paradas durante la actividad o una vez que hemos llegado a cima o destino.
La confección hermética de la prendas de pluma para conservar al máximo el calor no permite un uso especialmente cómodo de esta vestimenta mientras hacemos un esfuerzo significativo si no es en condiciones invernales de alta montaña o polares. No solo nos sobrecalienta, sino que provoca sudoración que, por la humedad, merma sus propiedades.
Para este propósito la marca The North Face ha creado un sistema de construcción de las prendas de pluma bastante sencillo pero muy ingenioso que logra abrigarnos en situación estática, cuando estamos parados o realizando movimientos muy ligeros, y a su vez permite la transpirabilidad en actividades dinámicas: The North Face 50/50., que por el momento se está aplicando a algunas prendas de las Summit Series.
Tradicionalmente a esos lugares con ausencia de relleno, generalmente asociados a costuras o límites de los tabiques de pluma, se les denomina “puntos fríos” y han sido el objetivo a neutralizar en todas las prendas térmicas.
Los tabiques, en todo material de pluma, son las piezas cerradas y aisladas en las que se sitúa el relleno con el objetivo de que se mantenga siempre en la misma posición y, de este modo, evitar que el plumón se desplace y conseguir un aislamiento uniforme y constante en el tiempo. Suelen ser de forma trapezoidal, y se unen unos a otros, para intentar crear una barrera continua que evite los puntos fríos.
Sin embargo, The North Face ha sabido sacarle partido a esas, en teoría, debilidades de las prendas para favorecer la transpirabilidad, con un sistema que los cubre en parado -cuando necesitamos mayor potencia calorífica-, y los abre durante el movimiento -lo que evita sobrecalentamientos y sudoración-.
De esta forma, al estar cosido por una costura al tabique exterior, el panel “cuelga” por dentro, y al tener la medida exacta de la distancia entre tabiques, forma un conjunto aparentemente uniforme de tabiques, que se comporta como una chaqueta tradicional sin puntos fríos.
Es un sistema ingenioso que, sin tener nada que ver en su resolución, complementa al sistema Ventrix de The North Face, que con otras soluciones proporcionó la misma capacidad de gestión térmica paro/movimiento en prendas de fibra.
Por eso la pluma supera a la fibra en la relación calor/peso. Su carácter tridimensional logra crear unos espacios de aire muy grandes con respecto a su masa, que nuestro cuerpo calienta y así permite que permanezcamos aislados del frío. Cuanto mayor es la calidad de la pluma, mayor es su capacidad de hincharse y también es mayor, por tanto, su poder aislante que nos permite mantenernos calientes en las peores condiciones con un peso y espacio mínimo comprimido.
La calidad de la pluma se mide por el Fill Power, o poder de hinchado, y se mide en cuin, acrónimo de cubic inches o pulgadas cúbicas. Sin mas explicaciones (el resto de la información lo tenéis en el artículo arriba enlazado), decir que 28 gramos de la pluma 800FP que The North Face emplea en esta chaqueta se hinchan en un volumen de 13 litros cuando no está sometido a ninguna presión. Eso son 13 litros de aire caliente a nuestro alrededor, cantidad muy importante. Con muy poco material y peso, el confort térmico es excepcional.
Para eso The North Face colabora con la ONG Textile Exchange, dedicada a la sostenibilidad de la industria textil y de la moda, y se coloca voluntariamente bajo la lupa de Control Union, un organismo acreditado por su experiencia en procesos de agricultura y sistemas agrícolas, para lograr el certificado RDS (Responsible Down Standard).
Este certificado garantiza que la obtención de la pluma se ha realizado sobre animales ya sin vida, que no han sido sometidos a alimentación forzada ni a condiciones de hacinamiento, además de muchos otros parámetros que exigen rápida corrección en caso de detectarse.
En general, prácticamente toda esta pluma, así como la de la mayoría de marcas de calidad de montaña, adscritas a estas condiciones, provienen de granjas del este de Europa en las que los animales viven en estado de semi-libertad extensiva, con capacidad de movimiento interna y externa.
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