Vídeo: Michaela Kiersch encadena Era Vella, 9a, Margalef
Una productiva visita de 1 mes de Michaela Kiersch a Margalef culmina con su segundo 9a+, Víctima Perfecta, y con la escalada de Era Vella, 9a. Aquí está el vídeo de la 2ª.
Muchas de las vías de los Mallos han sufrido severas modificaciones en su equipamiento a lo largo de los años y sobre todo en los últimos tiempos. Aún así, todavía quedan un buen número de grandes clásicas de calidad en las que la esencia de la escalada riglera se mantiene y conserva buena parte del compromiso que dejaron sus aperturistas.
Álvaro Lafuente, quien a pesar de su juventud es un viejo conocido de las y los lectores de Barrabes, ha preparado este excelente reportaje sobre la escalada clásica y de aventura en los Mallos de Riglos.
Riglos, en tiempo sinónimo de aventura y vacío, ha cambiado en los últimos años debido a una controvertida y polémica política de reequipamiento y apertura por parte de algunos miembros de la comunidad, fuertemente contestada por otros. Sobre ella hablará Álvaro en este artículo, dando su opinión, y voz a las partes.
Aun así, siguen quedando vías legendarias que son el sueño (y pesadilla) de muchas y muchos. La especial configuración de las paredes y la roca riglera hace que siga habiendo algo que ya apenas se encuentra en otros sitios: vías de menos de 300m cuya escalada, por parte de escaladores de alta cualificación, lleva varios días, rutas comprometidas en las que el instinto de navegación en pared, la experiencia y la sangre fría es tanto o mas importante que el grado de quien se atreva a internarse en ellas.
Presenta itinerarios de todas las dificultades y para todos los gustos: desde vías de iniciación, hasta aquellas para quienes desean desafiar la gravedad entrenando su antebrazo.
En Riglos, hoy en día, predominan con diferencia las vías equipadas con parabolts, anclajes fijos, para proteger en escalada deportiva. Antaño reino de la escalada tradicional, la escalada de aventura y autoprotección, aunque algo arrinconada, sigue teniendo su sitio. Y es sobre este estilo sobre el que trata este artículo.
Estas vías nos transportarán a seis décadas atrás, cuando la escalada se encontraba en pleno desarrollo. La mayoría de estas vías no tienen un gran valor estético, ni presentan largos preciosos, es más, probablemente, en ellas sufriremos, blasfemaremos y tendremos pesadillas por la noche. Pero son inolvidables, por lo que son, por lo que fueron, y por lo que significan.
El objetivo de recopilar vías así radica, además por su componente sentimental e histórico, en la recuperación de esa escalada basada en el compromiso, el sufrimiento que nos pone a prueba, en la técnica del metal y los cacharros, en la adrenalina.
Es una historia larga la de Riglos, y no es fácil la selección. Una selección siempre personal, pero que creo representativa.
Hace ya bastantes años Riglos se convirtió en un tablero de ajedrez en el cual se disputa una batalla. Las diferentes opiniones luchan por imponerse a las otras y todo el mundo quiere tener su espacio. Este tema lleva años siendo portada, ha sido ampliamente debatido, de forma enconada en ocasiones, y sigue sin haber un consenso que lo regule.
Aprovechando la ocasión, este articulo también se hace eco de la opinión de unos pocos escaladores y colectivos acerca de los reequipamientos de vías. Hemos preguntado a aperturistas que hace años dejaron su vía sobre estos muros, cuando todavía algunos escalaban con el burilador y con clavos.
La escalada es un deporte que evoluciona con los años, las generaciones, las opiniones, las necesidades y todo ello conlleva diversos puntos de vista, que llegado el momento terminan convergiendo en el mismo lugar, es decir, una vía que se quiere reequipar, o un tramo de pared libre.
Este articulo no pretende establecer normas, ni imponer opiniones. Establecer una ética de la escalada y que esta se traslade a los diversos colectivos tampoco es nuestra intención. Podría llegarse a un consenso que siguiera las normas éticas de la escalada, pero está comprobado que es imposible de aplicar sin imponer normas.
En un artículo dedicado a la escalada clásica en Riglos, hay que decir que cada vez hay menos vías de autoprotección, debido a los numerosos reequipamientos que se han llevado a cabo.
También hay que destacar que el número de vías en Riglos es cada vez mayor: parecía que ya no había posibilidad de abrir mas, pero sí. Y esto, en ocasiones, se hace de aquellas maneras, y a costa de algo. Las nuevas aperturas a veces no respetan el trazado de otras vías, los seguros están cerca y en caso de ser una vía de autoprotección la cercana, se reduce su espíritu, exposición y compromiso, afectando seriamente a la misma.
Se modifica el itinerario original y esto puede modificar otras que compartan tramos comunes. En estas vías retro-equipadas, a veces para alcanzar la siguiente chapa no tienes ni que estirarte.
Lo demás, es objeto de controversia y crítica; la vía era suya, y de nadie mas. Y es que, a pesar de que el grueso de la comunidad escaladora sigue unos cánones generalizados, al no haber nada escrito, cada uno luego puede hacer lo que quiera.
A pesar de que hay diferentes sectores críticos que no lo ven bien, el aperturista puede añadir seguros, modificar el itinerario etc. Además el aperturista puede dar permiso a cualquier persona para modificar su vía.
El problema llega cuando el aperturista ha fallecido. Es entonces cuando se inicia la controversia. Reequipar una vía de deportiva con seguros nuevos, eso no tiene ningún misterio, los sustituyes y ya. Sin embargo, en las vías de autoprotección, hay largos tramos sin seguros que animan a los amantes del taladro a agujerearlos, cambiando por completo el espíritu de la escalada.
Pero este estilo en el que lo que importaba era escalar una pared a través de la línea elegida sin que importara mucho el cómo no fue el único. Hubo quien tomo decisiones muy claras sobre el estilo de sus vías. Rabadá y Navarro abrieron el espolón del Firé a la Punta No Importa en 1961 sin usar buriles, a pesar de que ya existían. Eso es una evidente decisión ética: decidir no emplear buriles cuando podían usarse, y en una época en la que el único objetivo que se seguía era llegar a la cima por un itinerario atractivo, fuera como fuera, es tener una ética propia.
La escalada está en continuo cambio, es algo dinámico que evoluciona según las nuevas generaciones, el material y el entorno, y por eso, los reequipamientos son necesarios, hacen la escalada mas segura y adaptada a la época. También es lógico que se abran nuevas vías de deportiva, acordes a los tiempos modernos.
Pero en el caso de los reequipamientos, no es tan sencillo. Por ejemplo: si hay una línea con muchos buriles antiguos juntos, ¿se debe sustituir cada uno por un parabolt o, puesto que son mucho mas resistentes y seguros, instalar solo los necesarios para poder escalar sin una caída peligrosa?
Personalmente pienso que habría que individualizar cada vía, ponerse en contacto con el colectivo escalador de la zona, observar quien ha escalado la vía y preguntarle, según el grado, la calidad de la roca y sobretodo el tipo de vía que sería con parabolts en vez de equipamiento antiguo, para no correr el riesgo de perder la esencia del aperturista.
Y también pienso que debería ser una obligación que el reequipador haya escalado la vía con anterioridad. El grado no debería justificar el reequipamiento, es decir: reequipar una vía que no puedo escalar para poder hacerlo no me parece justificable.
Por último, es importante recordar que restaurar una vía no significa que vaya a ser repetida, ni que gane valor estético ni calidad. Podrá seguir en el olvido, pero tal vez un día, una intrépida cordada decida ir, luchar con valentía y salir victoriosa. Solo con eso, habrá merecido la pena el trabajo.
Hablamos con Jesús Sánchez para que nos exponga su opinión. Durante los últimos años ha recibido duras críticas por parte del colectivo mas conservador, en cambio, muchas de sus vías han sido agradecidas por otro amplio sector de escaladores. Para entender bien todo este contexto es esencial comprender el porque de los equipamientos y aperturas que ha realizado y que se han denominado “retro-equipamientos”.
“Soy de la opinión de que se pueden abrir vías de cualquier estilo en cualquier sitio (alta montaña, sitios en donde predominan vías naturales, etc). No se puede permitir que un grupo de escaladores prohíban a otros. Mientras no haya una normativa que lo prohíba, me parece poco democrático que unos cuantos se apropien de una zona de escalada. Las corrientes de opinión públicas las crean, normalmente, los escaladores de mas nivel, pero no hay que olvidar que hay muchos escaladores que no entrenamos en rocódromo, tenemos una edad considerable, salimos para pasar un rato agradable, o no podemos permitirnos una lesión grave por nuestro entorno familiar. (…) Las vías que he restaurado eran vías olvidadas (por su mala orca, por su vegetación, o por lo que fuera), y siempre lo he hecho con la de sus aperturistas (o con la de sus familiares o amigos, si habían fallecido). No he restaurado algunas vías clásicas que, aunque a mi parecer necesitarían alguna mejora, se siguen escalando. (…) Siguen quedando muchas vías por recuperar para que cada uno aplique su estilo. Pero, ¿qué ocurre?: pues que las que se repiten son las mejor equipadas... ¿No habrá una parte de envidia en todo esto? (…) Hay una gran mayoría de escaladores que buscan el tipo de vías que abrimos nosotros (…) Casi todo el mundo utiliza hoy en día bolts para abrir vías, incluso en alta montaña. Utilizarán más o menos, pero casi nadie prescinde del taladro. Hay vías abiertas por gente que nos critica que tienen largos totalmente equipados con bolts para subir en A0, porque en libre sería ya 7º y ellos solo escalan hasta 6c. Podría venir detrás alguien que haga 8º y que diga que sobran chapas. ¿Por qué no puedo abrir yo vías con V+ obligado, colocando los seguros necesarios para eso? Todo es relativo...”
En su blog “Sueño vertical” comenta: “Hay un grupo que se autodenomina "Colectivo de Escaladores los Mallos". Este colectivo, que se creó recientemente con la intención de establecer un estilo de restauración para las vías antiguas, tiene también "entre ceja y ceja" que las vías que se han ido restaurando durante las últimas décadas en Riglos y que fueron abiertas sin el uso de buriles, deben revertirse a su estado original, porque ahora su escalada ya no tiene el "compromiso" con el que fueron abiertas.”
“Sustituir viejos buriles por anclajes fiables está más que fundamentado(…) Lo que ya no está tan claro para la comunidad de escaladores es la acción de colocar anclajes fijos donde antes no los había(…) En los tiempos que corren, continúa habiendo gente que piensa, sin entender, que cada uno es libre de hacer lo que le de la gana, y ya no en sus propias aperturas, sino también en las de los demás(…) No existen reglas de manual para acometer un reequipamiento, aunque la lógica dicta que, cuando menos, el reequipador debe haber escalado la vía con anterioridad antes de meterse en el ajo. Esto a menudo falla, pues el altruista reequipador, muchas veces en grupo, tiene o tienen interés en reequipar la vía precisamente por que no la han hecho nunca, y no la han hecho nunca porque nunca se han atrevido a hacerla(…) Intentar consensuar opiniones y tener unos criterios personales fundamentados en nuestra experiencia y en la de los demás(…) La escalada no es un deporte seguro por definición(…) En los años 60 y 70, quien emprendía una directísima de más de 200 metros burilador en mano, era un currante de cojonera que tenía una elevada capacidad de sufrimiento, aspecto que sí dignifica a la persona”
Si la vía que va cerca de la nueva apertura en deportiva es una vía de aventura, se reduce totalmente su compromiso, se destruye la idea de los aperturistas originales que quisieron abrir una escalada con unas características determinadas. Costaría encontrar el sentido a una vía como “Sin chapas y a lo loco” con una vía de parabolts a dos o tres metros ¿verdad?
Algunos ejemplos de vías que han sufrido este problema, perdiendo buena parte de su esencia, son:
Y la otra cara de la moneda: algunas vías reequipadas con autorización, consenso o respetando la ética original. Entre otras:
Bajo mi punto de vista, si los aperturistas han fallecido y se quiere reequipar, se debería limitar a la sustitución de seguros antiguos por nuevos, sin ni siquiera plantearse convertirla en una vía de deportiva. Hay espacio para todos: una vía con historia es mas importante que el afán por llenarlo todo de chapas. La historia es lo que perdura en el tiempo, no seas tú quien la altere en tan solo un minuto, que es lo que se tarda en meter un parabolt.
Y antes de entrar con las vías de autoprotección en Riglos, una última reflexión: en Riglos hay cientos de vías de deportiva, de todas las dificultades. Lo que no se ha restaurado o equipado ya es que no merece la pena. Sin embargo, por ese esfuerzo transformador, Riglos escasea en gran número las vías de autoprotección, en las cuales soltar adrenalina.
Algo curioso, si tenemos en cuenta que Riglos era una de los grandes lugares de la escalada clásica en la península. Esas vías aún sin ser repetidas, no deberían ser transformadas en deportiva. Si dos o tres cordadas la han escalado es mas que suficiente como para que la vía no se transforme en otra cosa que nunca ha sido y nunca debería ser.
Actualmente no es raro ver una cordada. La vía a lo largo de estos años ha sufrido cambios inevitables.
Sufrió un intento de apertura de una vía que ascendía con parabolts cruzando el itinerario y destrozándolo sin respeto, como si de una vía olvidada y sin historia se tratara. También se intentó un reequipamiento que afortunadamente fue parado a tiempo. Pero la parte inferior de la vía no se salvó, al reequipar la vía Luis Villar, con la que comparte los 3 primeros largos.
Un buen ejemplo de lo que no se debe hacer: por reequipar una vía sin apenas interés (roca muy rota, sin apenas repeticiones), se destruye parte de una vía única, un monumento histórico a la escalada y a Riglos. Esperemos que tras todos estos problemas sufridos se respete en el tiempo, y pueda ser un icono referente de la escalada de autoprotección de Aragón y del pasado y valentía de sus aperturistas.
Los seguros en puntos estratégicos han sido reemplazados por parabolts. Las reuniones son rapelables con argollas. Esta vía ha sido siempre, y lo seguirá siendo, famosa por sus innumerables embarques, que han propiciado numerosos abandonos.
Llevar bastantes cintas, cordinos extensibles para el roce, friends pequeños y fisureros. Opcional levar el #0,75 y el #1. Esperar un día largo. Evitar días de viento y de calor extremo.
La vía ha sido reequipada con parabolts en los anclajes fijos (2012) por Óscar Palacios con permiso de Picazo. La vía mantiene el espíritu de aventura, escalada variada y bonita. Un must de Riglos.
De gran calidad, roca bastante aceptable en general y bastante repetida. Probablemente se situé a día de hoy y a mi gusto, en el top 5 de vías de aventura de Riglos.
Fue requipada en dos tiempos ya que la parte inferior apenas es escalada. El primer reequipamiento fue de la parte superior en 2002 por el G.C.M y la parte inferior por A. Puyo, P. Barón y F. Guinda en 2010.
La vía es una gran clásica que asciende estéticamente por una de las mejores chimeneas de Riglos. La roca en la parte superior esta muy limpia, predomina la escalada de autoprotección en fisuras y chimeneas. Contrasta con la parte inferior donde nos encontraremos una escalada típicamente riglera con alguna panza y llena de bolos de dudosa confianza. Desde luego una vía famosa en Riglos.
Historia completa de la vía y reequipamiento en el blog “A0 a vista”.
La escalada es muy variada y divertida, te permite ver las entrañas del Mallo Pisón e imaginar mientras ascendemos como subieron por allí hace 80 años. Fue abierta por J. Panyela y A. Casasallas en 1946. La vía ha sido reequipada con parabolts. El largo mas difícil es un “6a” un tanto peculiar, se pasa sin problema en artificial. Material: Friends, fisureros y cintas largas.
Es una buena combinación terminar escalando la Normal al Pisón para hacer cumbre.
Vía de gran estética, desde abajo llama la atención e invita a su escalada. Pero tan solo unos pocos valientes se han atrevido a dar el paso. Roca mala y en ocasiones muy mala, equipamiento antiguo y escaso, tramos expuestos de escalada delicada. Suficientes razones como para que tan solo unos pocos surquen su roca.
Recomendable llevar algunos clavos (y también recomendable no dejarlos en la vía).
“Sin molestar, sin abusar. Pensando que era posible subirse por ahí con nuestros miedos, unos friends, fisureros y cordinos… Avasallados por egos rocainómanos y chapas brillantes… Circo para todos… Compren sus entradas… meterse y no bajar del mallo hasta acabar. Allá que fuimos con La Garrapata Madoz. Repisa pa dormir de lao, codornices en escabeche de su madre, tortilla de patata, cervezas y vino. Lo tuvimos todo. Con dos noches pasadas allí llegamos a la cima. Como los antiguos.”
Buena vía que se puede convertir en una clásica de la autoprotección en Riglos.
Material: Juego de Friends, (x2 #0’5, #0’75, #2), aliens azul y verde. Juego completo empotradores y cordinos.
Poco repetida y recomendable solo si se tiene experiencia en este tipo de escalada.
A lo largo de estos años, en un proceso largo pero que ha valido la pena, un servidor junto a varios compañeros hemos reequipado la vía. Todavía falta limpiar la roca ya que en dos largos esta muy rota aunque, en realidad, por mucho que se intente será difícil dejarla bien. El resto de la vía es magnífico. El largo de chimenea tiene 60 metros totalmente limpios de material, de las más impresionantes de Riglos, se puede respirar lo que sintieron los primeros ascensionistas que subieron la Pany-Haus, la Galletas o el Puro.
La vía contaba con material muy antiguo, pitonisas, clavos y buriles. Algunos de ellos se han dejado, o se han cambiado por material moderno. Se ha reequipado pensando en dejar patente la escalada de aventura, disminuyendo la exposición que anteriormente tenía por la edad y tipo del material.
Esta vía de dificultad baja y de tanta hermosura debía ser disfrutada por la gente, así que hemos hecho nuestra labor y la hemos dejado para que se pueda disfrutar sin perder la esencia de la aventura.
Material: Harán falta dos juegos de Friends hasta el número tres mas el número cuatro (Si se va muy sobrado puedes dejar alguno en casa), fisureros y bagas extensibles. La vía es rapelable hasta el final de las chimeneas.
Recorre un evidente sistema de fisuras y panzas a la izquierda de la bolera de la Anglada. Aquí las vías están muy juntas, así que será fácil cruzarse con los parabolts de otras vías. Una vez alcanza el espolón del Pisón asciende por la Anglada hasta la cima.
“Sin duda alguna este espolón es la mayor pared del Pisón. Protegido por duros desplomes y grandes panzas. Tras esto un bello y tenue espolón capaz de satisfacer y recompensar todo el esfuerzo y exposición al que ha de someterse el escalador. Esta vía ha sido una de las experiencias mas bellas, duras e intensas de las que he disfrutado en los Mallos de Riglos”
Es bastante repetida, sobre todo en la parte inferior ya que su buena roca y su bonito itinerario la convierten en una interesante escalada. Tanto es así que en la reseña se refleja “El magnesio dejarlo en el macuto” “Roca pinchuda”.
La vía está reequipada con parabolts, sobre todo en su parte inferior que es la que alberga mayores dificultades.
Material: Hará fatal un juego de Friends pequeños, algunos fisureros y bagas largas.
Hablamos con Curru, aperturista de hechizos del viento y asiduo escalador de Riglos en los años 80: “En los años 80 no había reseñas claras y repetíamos todas las rutas que podíamos, escalábamos sin reseña intentando adivinar por donde habían subido. Si estaban las rutas marcadas subías sin problemas, pero si no, subíamos con todo el equipo para pasar noche. Te ilusionaba subir por un sitio, por el recorrido y la pared que era... En esta época intentábamos liberar las rutas, ya que ya se habían abierto muchas vías”
Sobre las aperturas modernas nos da su opinión: “Los prefabricados son las vías modernas que se abrieron desde arriba. Descolgarte de arriba o subir por una vía abierta y pasarte 20 metros a su costado, eso no es una ruta. Una ruta es meterte desde abajo y subir con tus propios medios. Por eso para mí, en el año 93 se dejaron de abrir rutas y se empezaron a abrir prefabricados”. Un prefabricado es una vía de deportiva. La evolución siguió su curso y está claro que Riglos es un lugar para la deportiva donde conviven vías antiguas.
El Puro tiene cuatro caras y a diferencia de la Visera, en donde las vías están lo mas cerca posible, aquí nadie se ha atrevido a equipar mas de una vía por cara...y esperemos que se mantenga así en el tiempo.
El Puro es una figura que sobresale, destaca y enamora a cualquier escalador que pone por primera vez un pie en el lugar.
Las caras que mas se repiten son la Sur, por donde transcurre la Normal, y la Norte, por donde asciende la Rabada-Navarro. Por la cara Este sube la vía Cintero, que también es conocida debido a que los rapeles transcurren por ella.
Sin embargo la cara Oeste no deja intuir desde abajo ninguna estructura sobresaliente. Parece, que alguien se lo haya fumado, o tal vez, que se haya caído y pegado al Pisón. Esa cara desconocida de roca anaranjada y con aspecto horroroso alberga la vía Helios. Terminada en los años 80 por el mítico Fernando Cobo y compañeros en varias tentativas.
Reequipada en 2009 por F. Cobo, se sustituyeron por parabolts los seguros antiguos. Ha conseguido mantener la aventura que solo Rastamon y M. Carasol en el 96 pudieron saborear de manera similar, tardando tres días en completar la escalada.
No subestimar esta vía por el grado, la escalada es expuesta, la roca es por lo general mala, hará falta usar material de autoprotección y si se quiere escalar totalmente en libre tendremos que ir bien entrenados física y mentalmente.
Recomiendo mirar el blog de Fernando Cobo donde cuenta la historia de la vía en un interesante post. Para el que no conozca a Fernando, es aperturista de un gran numero de vías, entre ellas la famosa Naturaleza Salvaje y la vía del Pájaro. Helios fue su primera apertura en Riglos. Ha seguido abriendo vías allí, siempre desde abajo.
Opina que las vías se deberían de restaurar, sustituyendo el material existente por anclajes con mas garantías de seguridad, y si acaso reforzar lugares susceptibles a lesiones graves, ya que si no las vías pierden el alma de los aperturistas.
También comenta que actualmente están surgiendo algunos grupos de equipadores “aterrorizados de la escalada”, ya que están equipando vías que se parecen más a vías ferratas que a vías de escalada.
También quiere proponer que a cada cosa se le llame por su nombre y propone la siguiente terminología: restaurar, equipar y abrir. No se le debe llamar abrir una vía a una vía equipada desde arriba, “es un insulto para la gente que abrimos, esto sería equipar. Restaurar es recuperar vías antiguas cambiando anclajes viejos por nuevos, y poco más. Y abrir representa afrontar un tramo pared virgen desde abajo.
Nos confiesa que él fue un firme exponente de la generación "clean climbing". En aquellos tiempos era alérgico a los buriles, y si metía alguno era porque se estaba jugando la vida, como ejemplo, en “el Pájaro” metió tan solo once buriles mas reuniones en casi 300 metros. También os cuenta que, en su opinión, los tiempo cambian y las leyes también, por lo que hoy día abrir conlleva una responsabilidad con los demás y aunque todavía no ha ocurrido, podría darse el caso que un accidente mortal en ella acarreara cierta responsabilidad penal para el aperturista, equipador o restaurador.
Sin lugar a duda esta vía es una gran aventura: seguros de la época, en algunos tramos bastante pocos, y hará falta echar mano a los friends. Roca a tramos buena, pero gracias a que mas o menos hay bastantes buriles, podemos escalarla con una cierta tranquilidad.
Abierta en 1984 por A. Oliver, J. Olivar y M.A Lausín en cinco días. Para su apertura encargaron una hamaca triple al herrero de Ayerbe para pasar las noches cómodamente en la desplomada pared del Pisón.
Fue abierta en 1983 por E. Lapeña y M. Lausín. Mantiene el equipamiento original a partir del primer largo a base de buriles. En el segundo largo han equipado una vía de parabolts, así que si somos legales y no los chapamos disfrutaremos de un buen largo de autoprotección navegando por roca 5 estrellas. La historia de esta vía es bonita y desconocida. Los aperturistas decidieron no publicar las graduaciones de los largos en la reseña para que así lo repetidores fueran con la misma intriga que los aperturistas y conservar la aventura. Además, lo gracioso fue que dejaron un muñeco de un escalador colgado en la pared en escala real, fue bautizado como “Xeremín” y no se descolgó hasta ser repetida. ¡Viva la aventura! Buena lección de ética, casi comparable a los amigos Rabadá y Navarro.
No se si lo he dicho ya, pero la roca es literalmente increíble para ser una vía de estas características, al menos en los cinco primeros largos. El sexto largo tiene mala roca y en el séptimo y octavo largo tendremos que elegir bien que tocar, pero por lo general será roca aceptable.
La vía cuenta con bastantes buriles y podemos protegernos con friends y fisureros. La reseña original está muy bien y explica el material que tendremos que llevar. La vía recientemente equipada reduce considerablemente el compromiso de la vía, ya que en muchos tramos podemos atravesar a la derecha sin problema.
Abierta en 2012 por D. Ascaso y M. Madoz. La vía asciende paralela a la V chimenea por su izquierda. Equipada con tan solo 9 parabolts + 3 de la vía “Aires del Sur”. Según sus equipadores la vía disfruta de roca aceptable y, donde es mas difícil, bastante buena.
Abierta en estilo tradicional. Su nombre critica el actual uso industrial y abusivo del taladro en paredes llenas de historia como los son los Mallos de Riglos. Bonita frase que puede hacernos reflexionar, añade al final… “Al final los Mallos se caerán de tanto peso”.
Interesante y curioso recorrido. Mala roca, anchas fisuras donde los friends serán de poca ayuda, panzas y pocos seguros fijos. Una gran aventura, difícil, expuesta y donde hará falta llevar un buen surtido de clavos maza y tal vez un friend del 6 o un par de falcas gigantes para ayudarnos a pasar.
Prever una larga jornada con una ducha para quitarnos el polvo. Perfecta para medir nuestras habilidades rigleras.
Como bien describe Alex Puyo en su blog “A0 a vista” esta vía desprende un “halo mítico”, con el que sus aperturistas lo empapaban todo. La escalada en sí no es gran cosa, una profunda chimenea te engulle en el primer largo para depositarte en una reunión con varios buriles encastrados con monedas, ya que los agujeros se les quedaron mas grandes. Otra anécdota nos la da El tubo de los chemequeos que se sitúa en la parte superior de la vía: Rabadá para pasar tuvo que quitarse la camiseta.
Vía poco agradecida, angustiante, roca mala, pasos incómodos, equipamiento y protecciones escasas… Vamos una joya. Sin embargo, algo especial envuelve esta vía: su historia, el lugar y su recorrido.
Recientemente fue reequipada para después ser desequipada. Sinceramente una vía así, muchas chapas no la convierten en mas atractiva. Si algo bello tiene, es el espíritu que desprende como bien hemos comentado. Así pues, la vía fue desequipada, dejándola en su estado natural, para que el que se sienta con fuerzas pruebe si tiene el mismo nivel que estos dos intrépidos para subir por la vía.
Esta escalada es para coleccionistas, para gente que quiera divisar los Mallos desde una perspectiva diferente, conocer el macizo d’Os Fils o para pasar una buena tarde divisando el atardecer desde lo alto de su cima.
Una de las vías que os proponemos recorre su cara Sur y tiene tan solo 55m.
Para conocer la historia de esta fotogénica cima y sobre el documental que se grabó sobre Rabadá y Navarro, os vuelvo a recomendar que visitéis el blog de Alex Puyo “A0 a vista”.
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